miércoles, 3 de diciembre de 2008

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El estupor de la mañana en mis sabanas me recuerda al sabor de la miel derramada en el plato del desayuno, un poco de sal, un poco de dulce, pero nada agradable al gusto, solo trae recuerdos obscenos de una relación que nunca pudo concluir en una noche de fuegos pirotécnicos, solo ausencia de caricias y una que otra mordida, solo la vacuidad de las palabras que llegan a abrir los poros hasta poder meter el puño dentro de ellos, solo eso, solo nada, solo un poco de nada.

2 comentarios:

copo dijo...

Me gusta como construyes. No deja de sorprenderme la cantidad de temas y la versatilidad con las que los presentas. Ningun microcuento se parece al otro. Lamento no tener la misma habilidad para poder comentarlos uno por uno.
Un gustazo leerte.

Anónimo dijo...

'solo ausencia de caricias'