miércoles, 14 de enero de 2009

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-En menos de un segundo se cayeron todos los aspectos malos que veía, todos los defectos y todos los errores, mi situación empeoraba, no había donde aterrizar, no había un puerto libre para dejar caer todo el peso que traía encima y así sin mas, apague el motor, no mas combustible, prefería ahorrarlo para después o quemarme en el suelo a la hora de estrellar, prefería seguir planeando sin propulsión, simplemente flotando, simplemente cayendo con estilo.-

Yo asustado, tome el paracaidas y me aventé del avión, no pensaba morir al lado de algún piloto en depresión.

1 comentario:

Mariposa Tecknicolor dijo...

Qué sabia decisión. Yo también debería saber cuando coger el paracaídas y saltar.

Saludos.