domingo, 30 de noviembre de 2008

PROLOCO

Con esta entrada comienza una serie de microcuentos, relatos, historias, conversaciones, palabras unidas sin coherencia alguna, tratando de explicar el inconsciente o las experiencias de alguna persona como tú o como yo, de alguien inventado que puede ser cualquiera de nosotros, de un cerebro encontrado en alguna alcantarilla, desempolvado y esclavizado a un teclado con monitor para enseñarlo a escribir, la intensión de contar algo coherente es nula. ESTO ES UNA ADVERTENCIA, las palabras son libres, se liberan directamente de ese cerebro para imprimirse en la pantalla, sin filtro alguno, siendo lo más directo entre los sueños, las neuronas y las palabras. Al final... nadie entiende a nadie.

5 comentarios:

copo dijo...

Tienes razon, al final nadie entiende a nadie, pero en el proceso nos identificamos, asi me paso con algunas de tus "palabras unidas sin coherencia alguna" Eres muy habil, pase de la risa a la ternura en menos de un minuto. Es de madrugada y deberia estar trabajando, pero te estoy leyendo y no me arrepiento.
ps. perdon por la falta de acentos.

Eric Lavergne dijo...

¿COMO QUIERES QUE SE PUEDA ENTENDER A LOS DEMAS CUANDO LA MAYORIA NO SE ENTIENDE A SI MISMA?

Eric Lavergne dijo...

ademas es algo muy dificil entender alguien que no se entiende a si mismo.....(que pongas el acentos en dificil dónde mas te plazca)

Mariposa Tecknicolor dijo...

Las palabras hacen trampa, nunca creo lo que nombran las palabras.
Las palabras del temblor del desatino, las palabras que desvíen el destino, las palabras son sagradas, buen amigo.

Las palabras me hacen falta, me hacen falta cien millones de palabras.
Las palabras siempre se las lleva el viento, pero yo las necesito, somos dos viejos amantes, muy chiflados, muy astutos, desafiantes.

Son el arma con las que me das consuelo, el cuchillo que se hunde en mi pellejo.
La apariencia, siempre bien organizada.
Las palabras son traiciones de alto vuelo.

Las palabras hacen trampa, nunca creo en lo que nombran las palabras.
Las esconden muchos tontos importantes, pero no te creas nada de lo que te diga nadie, las palabras nos enseñan el coraje.

Las palabras me hacen trampa, nunca creo en lo que dicen tus palabras.
Las mías son iguales, siempre meten confusión, la tensión entre tus versos y el lenguaje.
La tensión entre mis besos y tu amor.

Son el arma con la que te doy consuelo, el cuchillo que te hundo en el pellejo.
La apariencia siempre bien organizada, las palabras son traiciones de alto vuelo.

Las palabras me hacen falta, me hacen falta cien millones de palabras.
Las palabras del amor y del hastío, las palabras que desvíen mi destino.
Las palabras son sagradas como el vino.

Las palabras, no me creo lo que dicen mis palabras, son el centro del misterio.
Las palabras nos explican lo que nunca entenderemos.
Si fue cierto o fue mentira o si al fin fue todo un sueño.
Mis palabras. Las palabras.

(¿Ya escuchaste Moda y Pueblo?)

Soy tu fan.
Mariposa Tecknicolor.

Anabel Rodríguez dijo...

Las palabras a veces son sueños (en otras ocasiones, puñales, abrazos...).
Me parece que tu concepto es muy interesante, te permite hacer un blog muy inmediato. Me gusta.
Saludos.