domingo, 30 de noviembre de 2008

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Y así empezó todo, contando las pequeñas burbujas que salían de su boca y explotaban a la hora de hablar, después de pensarlo bien empezó a caminar y al darse cuenta ya estaba del otro lado, recordando las palabras que su padre un día le dijo: "Nadie muere antes de tiempo, así que no pierdas mi tiempo y ponte a trabajar, huevón!".
Miró el reloj y contento simplemente dejó de contar.

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