domingo, 23 de agosto de 2009

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Llegue en silencio y de puntitas con los zapatos en la mano para no despertarla, pero todo se vino abajo cuando entre en mi habitación, prendió la luz y me dijo:

-¿Qué horas son estas de llegar? Mira nada mas el estado en el que vienes, así no puedo estar tranquila.

Yo no decía nada, pues aun que quisiera no podía ni hablar, solo me dedique a quitarme la ropa y disponerme a dormir, pero en el momento en que me iba a dormir me dijo:

-Ni se te ocurra dormirte, te juro que si te duermes te voy a hacer vomitar.

Pero uno en estado etílico se cree capaz de todo y no le creí, así que cerré los ojos para dormir y de pronto todo empezó a dar vueltas y la nausea no tardo en llegar, así que me levante a vomitar y solo escuchaba su voz diciendo:

-¡Ni se te ocurra manchar mis sabanas! ¡Pobre de ti si veo una mancha de vomito!

Y yo solo pensaba: ¿En que momento se me había ocurrido comprarla?... y es que eso es lo que pasa cuando la única que te espera en casa es una "cama loca" que te habla y te regaña todas las noches de mal humor.

2 comentarios:

Srta. Bye dijo...

Jajajaja, yo a veces también tengo la sensación de que duermo en una cama loca cuando en las noches de alto nivel etílico en sangre parece que llevara ruedas!

Trejo dijo...

querida cama, es el alcohol el que me hace ser asi... ultimadamente siempre haces el acto malicioso de flotar cuando llego con la sangre ligera (y no se diga de cascos ligeros)