martes, 28 de mayo de 2013

259

-¡Oye! No entres ahí.
-¿Por qué?
-Porque es un lugar muy frío.
-¡Ah! No importa, eso puede cambiar, además traigo suéter y bufanda.
-No digas que no te lo advertí.
Y así, acariciando las paredes frías fue derritiendo la escarcha a su paso y adentrándose poco a poco en aquel corazón.