martes, 15 de diciembre de 2009

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Desde que me vio con esos ojos supe sus intenciones, pero no me importó, me deje llevar por la pasión, me desnudo y me llevo a un lugar único, húmedo y tibio… su boca.
Su boca me rodeo y yo empece a calentarme, me calenté tanto que mi cuerpo empezó a combustionar, me volvía cada vez mas ligero y veía como ella lo disfrutaba sin dejar de succionar hasta mi alma… me mató y al final me dejo arrugado y tirado entre cenizas.

2 comentarios:

La navegante esquizo dijo...

un lugar...
su boca.
... sin dejar de succionar hasta mi alma.

es genial!!

Anónimo dijo...

es un cigarrillo ¬¬ jajaja