Millones y millones de personas habitan este planeta, millones y millones son los diferentes estilos de personalidades, gustos, aptitudes, talentos y otras cualidades las que habitan a los millones y millones de personas, ¿lo imaginan?... pues ahora extrapolen esta situación a una sociedad de grillos... sí, grillos común y corrientes, esos pequeños insectos musicales, grillos que por las noches llegamos a ignorar, pero ellos se siguen esforzandose por no tocar mal.
Pues en esa sociedad de grillos existió uno en especial que fue diferente a todos los demás, aun que en un principio nadie lo podía notar, fue un pequeño grillo que quiso destacar, pues el violín no quería tocar.
Empezó desde pequeño con una otra gran cualidad, a el le gustaba las piedras y corcholatas con baquetas golpear, hasta que un día sus padres regañandolo le dijeron:
-Esto no esta bien, tocar así esta mal pues es tradición milenaria que nosotros los grillos, el violín por las noches debemos hacer sonar-
Pero el pequeño grillo percusionista no lo podía entender, el lo que mas quería en esta vida... era baterista ser, nadie comprendía su deseo por tan raro parecer, pero este pequeño grillo nunca se iba a dejar vencer, decidió no decirle a nadie y por los días mientras todos dormían de puntitas lograba desaparecer para poder ensayar, así lejos de casa podía empezar a rockear, sacaba sus baquetas y con remates y grandes golpes se liberaba de la cárcel que por las noches solía habitar, día tras día violín por la noche y batería por la mañana salía a practicar, sus padres grillos no enterados de esto tranquilos parecían estar:
-Nuestro hijo ha cambiado, normal parece ser, que orgullosos y responsables padres podemos llegar a ser-
Claro esta, sin ellos saber que su hijo el grillo rockero que por las noches normal aparentaba ser, llegaría en un futuro no muy lejano a convertirse en el mejor y mas famoso baterista, que en la villa de los grillos había podido nacer.
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