lunes, 8 de diciembre de 2008

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Las paredes repletas de cuadros, pósters y recortes abstractos, en la cama una jeringa al lado de una silueta, en la cabeza la frase de mi tía, nunca peques sin haber pecado una primera vez, lo malo es que era mi pecado numero 12021, los había contado y nunca empece bien, solo la vez de las escaleras, pero nadie me vio, por eso no cuenta.

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