-Y sabia que llegaría este día, desde el momento en que te vi caminar por el pasillo, desde la primera vez que te bese, sabia que iba a extrañar esos labios, que siempre llego al punto de sentirme enclaustrado para después extrañar la mas bella de las prisiones, como hace el preso que extraña su celda, pensando en cometer algún delito para regresar, pero no hay vuelta atrás, se que también este estado se me pasara, por que siempre me pasa, es una historia que no tiene final, el empezar de nuevo a contarla es predecible su conclusión, la resolución es simplemente dejarla pasar.
La mujer policía me volvió a poner las esposas y me dijo:
-Callate, siempre es igual, todos ustedes creen que me voy a enamorar con poesía barata escrita en papel de baño, ademas nunca me besaste.-
Y me volvió a encerrar.
3 comentarios:
ondeo de manos..y me paro de puntitas pa que se vea a distancia.
Quizá sea mejor así, ¿no? Ve tú a saber cómo sea cuando no estemos encerrados...
Hey, que maravilla. Admiro, ampliamente, esa capacidad que tienes para los finales impredecibles. Me haces una espacio en tu lista de fans? jajaja
Abrazo!
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